Entre la quietud y las calles. Poemas de Roberto Raschella

Ya ves.

Te dije último:

o se cambia o se muere.

Pero cada cosa es lo que es.

.

El enemigo de la danza.

El monje que prepara muerte.

El pobrecito de los mataderos.

El privilegio de malser.

El zapatero másculo.

La tarde, miniada, decadente.

.

Ya ves.

Los hechos caminan ligeros,

.

y en la absurda pureza de los sacrificios,

en el temor de todo hombre,

el odio estancado deviene piedad.

.

Ya ves.

La urgencia de amar

nos ha vuelto infectos

de un mal casi humano,

.

el mal que es bien,

como la rosa de venganza

en los tumultos. Ya ves:

.

cada cosa es lo que es,

y no hay escampo.

.

 

.

Ah, la impiedad de conocí:

cansado de la oscura ofensa,

cansado de todo juicio,

buscando siempre

cristos y anticristos.

.

¿Qué más puedo amar ahora?

El azul de las agonías,

El fantasma entre las ruecas,

El cuello de los vagabundos afachados,

Las místicas ojeras del amanecer,

No sé.

.

Sólo sé lo acabado, sólo sé

cuándo empezó la historia,

.

en los huesos de padre levantados

que golpeaban el antiguo sentimiento.

.

 

.

Niña que dice no,

niña de los pies pequeños:

una mueca

de temprana violencia

ya gastó tus mejillas,

como una hebra apenas tejida.

.

¿Dónde está tu sonrisa

que exhalaba quietud?

.

¿Dónde están

las vísceras de tus hermanos?

Tan negras también,

como los murales exterminados;

de agua estremecida y sutil,

de cerebros y brazos de piedra

sobre la piedra muerta, tan negras

como la extranjera noche

y el pueblo vivido en las orillas.

.

Mira el mundo ahora, mira,

mundo escarnecido,

tumba de palabras y de cosas,

.

Mira la ciudad rota por los aceites,

la ciudad que fue

voladero de palomas y dulzura artesana,

la ciudad que lava copas

por la mujer y el hijo.

.

Mira también la alegría

de los amigos, el escorzo

galopado de follajes

y de luces. Mira la miseria

nueva, la vergüenza de soledad.

.

Mira a los jóvenes, ornados

de blanco, frágiles, monstruosos,

devorando el rocío

.

en la tímida hierba de agosto.

.

Roberto Raschella, de Tímida hierba de agosto (2001) en La casa encontrada. Poesía reunida 1979-2010, Fondo de Cultura Económica, Bs.As., 2011.

Foto: Cerchiara di Calabria, 1974; F. Silvestro Barbato, Flickr CC.

Roberto Raschella (Buenos Aires, 1930).
Es maestro, escritor, poeta, ensayista y crítico de cine. A partir de 1959, y durante más de treinta años, fue maestro de educación elemental, tarea que compartió con la escritura de poesía, novelas, guiones y crítica de cine.
Ha traducido, entre muchas otras, obras de Dante Alighieri, Nicolás Maquiavelo, Luigi Pirandello, Pier Paolo Passolini, Italo Svevo y Gabriele D’Annunzio. Ha colaborado en diversas revistas de cine, como Cinema Nuovo, Cinecrítica, Tiempo de cine y Lyra, y en revistas culturales y literarias, como Innombrable, La ballena blanca y El jabalí. En 1999, recibió el premio Boris Vian y, en 2004, el segundo Premio Nacional de Novela, otorgado por la Secretaría de Cultura de la Nación, ambos por la novela Si hubiéramos vivido aquí. En 2005 obtuvo la beca Guggenheim.
Es autor de las novelas Diálogos en los patios rojos (1994), Si hubiéramos vivido aquí (1997) y La historia que nunca les conté (junto a Mariano Fiszman, 2005), y de los libros de poesía Malditos los gallos (1979), Poemas del exterminio (1988) y Tímida hierba de agosto (2001), reunidos en el volumen que FCE ha editado junto al libro, hasta ahora inédito, La casa encontrada (2011).
Fondo de Cultura Económica ha editado La casa encontrada. Poesía reunida, 1979-2010 (2011).

Extraído de: https://www.fce.com.ar/ar/autores/autor_detalle.aspx?idAutor=2702

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