Ventana lateral
Poemas del libro
Sacar de raíz
La luz es tenue
donde llora o escupe dolor,
aquella mujer. Retuerce
las puntas de su bufanda.
En esta esquina de mi habitación
mi madre
riega las flores de su ventana. Su silencio
retumba, se agudiza levemente
el clamor.
Una barrera en derrumbe
que apenas se sostiene,
estrechar de manos, bordes oxidados,
restos difíciles de tirar o quemar.
Pavo real
I
Esta primavera goteo sobre el
marco rojo mortecino de la ventana.
Cuelgo mi saliva
y desprendo el hilo que
sostiene -apenas- mi sacón bordó
deshilachado, ya vencido.
II
Una canaleta verde musgo
se expande entre las venas.
Una canaleta verde musgo
se expande.
III
Las plumas se confunden en el marco,
en el canto los colores brillan
adheridos al hedor, sus colores,
al agua turbia que contamina
y confunde pegajosa
la vista, gotea.
Sobre el marco rojo
mortecino de la ventana, de nuevo
el frío separa las plumas, caen.
Pozos ciegos
La salitre verde de ese fondo
mar
habita insondable, son inquietas
figuras entre las cejas y la nariz.
Bajo ese rumiar, con la luz sobre él,
moldeando espesas llanuras
o pueblos remotos, es que
el rostro de papá se cubre de sombras.
El uniforme colgado en el placard,
con sus galones y la vaina,
estancan o inundan
orillas en un pantano.
Son las algas
y las sombras verdes de las algas.
***
Una lectura de mi libro en la Revista Ñ:
al ras

POEMAS DEL LIBRO
pensar la imagen
sólo eso
tal vez sea lo interior que persiste del cuadro
del destierro como un lugar dentro de esa sombra
a la derecha
y es más que un rincón negro bordeando la cornisa
es una masa extendida cubierta
a nuestro lado todo el tiempo
eso que permanece oculto en la foto bajo la negritud
no lo conocemos tal vez sólo intuimos
superficies cubos infantiles con distintas formas que inundan
calles abiertas detrás del paredón materias en juego
nos arriman mientras corremos con la paleta
nos perdemos así bajo el rayo del mediodía que calcina en otoño
y permanecemos enterrados en ese indefinido umbral de luz
***
-1-
cercamos la carpa entre montones:
bardos cúmulos literas sueldan la tierra en revuelta bajo las sábanas
cuerdas en cruz dibujos raídos que sostienen unos junto a otros
acurrucados casi mudos
las vecinas construyen vallas entre mis cosas me adhiero burdo tapiz deslumbrante
luciérnaga y la colcha es roja la hondura de párpados menea esta lana es dura negra
resiste otros planos: en esta casa nos arropan con vestigios
y el aire apila humus en los pulmones las hileras compactan nuevos olores:
el ventarrón arrasa cacerolas ladrillos bancos paquetes
entre muñecos como lámparas que envuelven o nos recogen
fuera de esto: todo es ajeno o cae enterrado
***
-2-
alrededor de este toldo somos tragados:
el calor quema en enero persisten los licores entre nuestros pies inescrupulosa entrega
breve diluirse metros inhabilitados gases sobre los quejidos bajo este cono pardo
donde no corre el viento ni una céntima la mezcla gaseosa que dilata en huracanes
y cabellos que encienden ojos o pelvis poco importa
nos dejamos agotar en eso
que sufrimos o que nos lleva a mirar un poco más
o es el contorno que da sustento
caminamos o respiramos apenas como en un círculo sin aire
en clausura con el griterío abandonado de lo que nos falta
y bordeando esa línea de sombra
nos dejamos ahí: raíz luminosa
Dios al que llamamos impacientes
Sitio web de la colección miliuna, Ediciones La Biblioteca.




