
Barrancas del Plata en Colonia
–
Redoble en verde de tambor los sapos
y altos los candelabros mortecinos
de los cardos me escoltan con el agua
que un sol esmerilado carga al hombro.
El sol me dobla en una larga torre
que va conmigo por la tarde agreste
y el paisaje se cae y se levanta
en la falda y el filo de las lomas.
Algo contarme quiere aquel hinojo
que me golpea la olvidada pierna,
máquina de marchar que el viento empuja.
Y el cielo rompe dique de morados
que inundan agua y tierra; y sobrenada
la arboladura negra de los pinos.
——
Danzón porteño
Una tarde, borracha de tus uvas
amarilla de muerte, buenos aires,
que alzas en sol de otoño en las laderas
enfriadas del oeste, en los tramontos,
vi plegarse tu negro Puente Alsina
como un gran bandoneón y a sus compases
danzar tu tango entre haraposas luces
a las barcazas rotas del Riachuelo:
Sus venenosas aguas, viboreando
hilos de sangre; y la hacinada cueva;
y los bloques de fábricas mohosas.
echando alientos, por las chimeneas,
de pechos devorados, machacaban
contorsionados su obsedido llanto.
——
Palabras manidas a la luna
Quiero mirarte una vez más, nacida
del aire azul, con gotas de rocío
pendientes sobre el mundo, aligerada
de la angustia mortal y su miseria.
Sobre el azogue, más azul, del río,
diciendo “llora”, amé, tan transparente
que no hay palabras para aprisionarte,
nácar y nieve sueños de ti misma.
Baja: mi corazón te está pidiendo.
Podrido está; lo entrego a tus cuidados.
Pasa tus dedos blancos suavemente
sobre él; quiero dormir, pero en tus linos,
lejano el odio y apagado el miedo;
confesado y humilde y destronado.
——
Planos en un crepúsculo
Primero había una gran tela azúrea
de rosados dragones claveteada;
muy alta y desde lejos avanzando,
pero recién nacida y pudorosa.
Y más abajo grises continentes
de nubes separaban los azules;
y más abajo pájaros oscuros
bañábanse en los mares intermedios.
Y más abajo aún, ceñudo el bloque
de milenarios pinos susurraba
una canción primera de raíces.
Y estaban, más abajo todavía,
prendidos a la tierra los humanos
rechinando los dientes y herrumbrosos.
Alfonsina Storni, Poesía en Mascarilla y trébol (1938), Buenos Aires, Losada editorial, 2017.
——
Uno
Viaja en el tren en donde viajo. ¿Viene
del Tigre, por ventura?
Su carne firme tiene
la moldura
de los varones idos y en su boca
como en prieto canal,
se le sofoca
el bermejo caudal…
su piel
color de miel
delata el agua que baño la piel.
(¿Hace un momento, acaso, las gavillas
de agua azul, no abrían sus mejillas,
los anchos hombros, su brazada heroica
de nadador?)
¿No era una estoica
flor
todo su cuerpo elástico, elegante,
de nadador,
echado hacia adelante
en el esfuerzo vencedor?
La ventanilla copia el pétreo torso
disimulado bajo el blanco lino de la pechera.
(¿En otras vidas, remontaba el corso
mar, la dulce aventura por señuelo,
con la luna primera?)
Luce, ahora, un pañuelo
de fina seda sobre el corazón,
y sobre media delicada cae su pantalón.
Desde un asiento, inexpresiva, espío
sin mirar casi, su perfil de cobre.
¿Me siente acaso? ¿Sabe que está sobre
su tenso cuello este deseo mío
de deslizar la mano suavemente
por el hombro potente?
——
Momento
Una ciudad hecha de huesos grises
se abandona a mis pies.
Como tajos negros,
las calles
separan el osario, lo cuadriculan,
lo ordenan, lo levantan.
En la ciudad, erizada de dos millones de hombres,
no tengo un ser amado…
El cielo, más gris aún
que la ciudad,
desciende sobre mí,
se apodera de mi vida,
traba mis arterias,
apaga mi voz…
Como un torbellino,
no obstante,
al que no puedo substraerme.
el mundo gira alrededor
de un punto muerto:
mi corazón.
——
Torre
Suspendida en el aire,
mi casa respira,
por sus anchas ventanas,
la energía
solar.
Encerrándola
en su anillo enloquecedor
el cielo circula por ella
de un extremo a otro
en largos y anchos
ríos de luz.
En el centro,
isla triste y solitaria,
mi cuerpo,
quieto contra la corriente,
absorbe.
Alfonsina Storni, Poesía en Mundo de siete pozos (1935), Buenos Aires, Losada editorial, 2017.
Alfonsina Storni (1892-1938) es considerada una de las poetas más importantes de nuestro país, con gran influencia en las generaciones posteriores. Para leer más sobre ella, la nota de Vicente Muleiro en Caras y Caretas en 2018.