DIEZ EJERCICIOS PARA LOS CINCO DEDOS

VII

Por ejemplo: un hombre en una silla,

sentado, inmóvil, sin motivo.

Y cuando él se mece de repente

nada hay que se explique ni se entienda.

El movimiento es apenas natural.

 

(Mas quizá la imagen no esté completa.

Puede haber algo en el bolsillo, o en la mano.

Lo que es más o menos evidente

mañana –la foto, con leyenda

y todo, ahí en un rincón del diario.)

 

IX

Ni el tiempo y su asedio

ni el cálculo frío de los sentimientos

ni la lámina roma del tedio

ni el cuerpo y sus humores varios

y sus untuosas exigencias

 

-nada puede aplacar la pasión

que no recula ante el supremo horror

de que sean las cosas todo y sólo lo que son.

La piel es fina, la carne es permeable.

Es duro el amor.

 

X

Prisa de páginas,

avidez de dedos que entorpecen

el espacio exiguo entre el sueño y el hueso

con una epopeya ínfima en negro

y blanco, pierna y pierna y otra pierna,

 

especie de ciempiés de letras,

o larva, que se arrastra hasta llegar

a mariposa con su epitafio:

recado dado, todo lo decible dicho,

silencio, pluma.

 

Paulo Henriques Britto, trad. de L. Cerrato y E. Montes, PUENTES/PONTES, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2003.

Poeta brasilero, para leer otros poemas en español ir al sitio del poeta Antonio Miranda también puede leerse más sobre su obra en el Jornal de Poesia.

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