Dejo acá un breve fragmento del genial libro de este poeta americano «Autorretrato en espejo convexo» del año 1984, poeta que falleció unos días atrás.
Autorretrato en espejo convexo
(…)
El Papa Clemente y su corte se quedaron «estupefactos»,
según Vasari, y le prometieron un encargo
que nunca se materializó. El alma ha de permanecer donde està,
aunque se inquiete, oyendo gotas de lluvia en el cristal,
el suspirar de las hojas de otoño azotadas por el viento,
anhelando estar libre, fuera, pero debe quedarse
posando en este sitio. Debe moverse
lo menos posible. Esto es lo que dice el retarto.
Pero hay en esa mirada fija una combinación
de ternura, diversión y pesar, tan poderosa
en su contención que uno no puede mirar mucho tiempo.
El secreto es demasiado evidente. Escuece su piedad,
hace brotar lágrimas calientes: que el alma no es alma,
no tiene secreto, es pequeña, y encaja
en su hueco perfectamente; su habitación, nuestro momento de atención.
Esa es la melodía pero no hay letra.
La letra es sólo especulación
(del latín speculum, espejo):
busca el significado de la música sin poder hallarlo.
(…)
Ashebery J., Autorretrato en espejo convexo, trad. Javier Marías, Colección Visor de Poesía, Madrid, 2006.