Un poco de aire nuevo con Juanele

Señor…

He sido, tal vez, una rama de árbol,
una sombra de pájaro,
el reflejo de un río…

 

Señor,

esta mañana tengo

los párpados frescos como hojas,

las pupilas tan limpias como de agua,

un cristal  en la voz como de pájaro,

la piel toda mojada de rocío,

y en las venas,

en vez de sangre,

una dulce corriente vegetal.

 

Señor,

esta mañana tengo

los párpados iguales que hojas nuevas,

y temblorosa de oros,

abierta y pura como el cielo el alma.

 

 

Juan L. Ortiz, El agua y la noche en Juan L. Ortiz. Obra completa, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Argentina, 2005.

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