La civilización y sus balas, por Alcides Rodríguez
El 22 de julio de 2005, en la estación Stockwell del metro londinense, la policía británica acribillaba al electricista brasileño Jean Charles de Menezes con ocho balazos, siete de ellos en la cabeza. Confundido con un terrorista, se dijo que Menezes había sido abatido por correr y desobedecer la orden de detenerse. Más tarde se supo que en el momento de ser ultimado estaba sentado dentro del tren. La prensa informó que los agentes habían hecho uso de balas dum dum para matar a Menezes, las más adecuadas, según los especialistas de Scotland Yard, para combatir terroristas suicidas. Esta clase de bala se caracteriza por tener su punta parcialmente abierta y un núcleo de plomo que explota al impactar en el blanco. Diseñada para que se destroce dentro del cuerpo sin producir orificio de salida, sus esquirlas se esparcen en un amplio radio cuyo centro es la zona impactada, produciendo profundas, desgarradoras y muy dolorosas heridas internas en la víctima. Ideadas y fabricadas por los británicos en el British Royal Artillery Armoury de Dum Dum, en las afueras de Calcuta, las balas dum dum se patentaron en 1897. Como el Convenio Internacional de La Haya de 1899 prohibió su uso para los conflictos entre naciones “civilizadas”, los europeos las emplearon para combatir a los pueblos “bárbaros” y “salvajes” que se cruzaban en su camino de expansión colonial. Se consideraba que su terrible capacidad para desgarrar el cuerpo del atacante las hacía especialmente útiles para intimidar indecisos, aplastar rebeliones y expandir fronteras imperiales a costa de los pueblos asiáticos y africanos.
Fuente: http://www.escritoresdelmundo.com
Para leer más: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/international/newsid_6054000/6054670.stm