Última trasnoche
Como una pitonisa
anuncia calamidades
y se encorva para murmurar
su adivinación:
Tantas noches en vela
harán de tus ojos
dos cuencos de cal.
Es agosto, llovizna,
y un sol blanquecino
revela mugre vieja
en las azoteas.
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Las formas irreales
Si lo que está ahí en la orilla
es un mascarón de papel maché
carcomido por el salitre,
o una sirena que ya
no se irá del tajamar, ¿qué es
esta figura: un maniquí
apenas cubierto por su velo?
¿Tu reflejo entre cristales, un pozo
lleno de sapos, vivos todavía?
Del libro La felicidad ajena, Huesos de Jibia, 2008.